Puente de Ixtla enfrenta serios problemas financieros por una deuda que supera los 300 millones de pesos, lo que limita el presupuesto para servicios esenciales.

Los compromisos financieros heredados en Puente de Ixtla superan los 300 millones de pesos, una cifra que ha comprometido las finanzas municipales y que, de acuerdo con las autoridades, podría tardar al menos 15 años en saldarse.
La presidenta municipal, Claudia Mazarí Torres, señaló que desde 2014 se han acumulado deudas relacionadas con laudos laborales, obras inconclusas y pagos pendientes a proveedores, lo que ha generado una presión financiera que hoy limita el funcionamiento del gobierno local.
“Estamos destinando alrededor de 20 millones de pesos anuales al pago de deudas que vienen de administraciones pasadas. Con ese ritmo, se necesitarán varios años para limpiar las finanzas”, explicó la alcaldesa.
Los recursos destinados al pago de pasivos afectan directamente el presupuesto que podría emplearse en temas como patrullas, ambulancias o mantenimiento de espacios públicos. Además, se arrastran deudas que impactan a las familias de policías caídos, quienes debieron recibir indemnizaciones por 800 mil pesos, pero que, debido a los retrasos, se han duplicado a 1.5 millones de pesos.
“Las administraciones anteriores debieron asumir su responsabilidad. Hoy nos toca enfrentar las consecuencias y tratar de ordenar las finanzas”, lamentó Mazarí Torres.
A pesar de las dificultades, la actual administración asegura que se han dado pasos para reducir el monto de la deuda, aunque el proceso no será inmediato y podría extenderse por varios periodos de gobierno.
“El saneamiento financiero requiere continuidad, trabajo responsable y total transparencia”, concluyó la presidenta.
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